¿Operar o esperar? ¿Continuar o parar? ¿Cómo tomamos las decisiones?
Todos los padres de nuestra gran familia ASONEVUS nos hemos visto en la tesitura de tomar una decisión en un momento dado ante como abordar la particularidad de nuestros hijos, y muy especialmente sobre la decisión de intervenir quirúrgicamente o no hacerlo, de dejarlo para más tarde o incluso de abandonar el proceso tras unas cuantas operaciones.
¿Podemos predecir los padres o médicos lo apropiado de una intervención quirúrgica en el nevus o el resultado de la misma?
Si quisiéramos evaluar de forma objetiva si nuestras decisiones son acertadas o erróneas necesitaríamos una referencia con la que comparar para medir cómo de bueno o malo ha sido el resultado de nuestra decisión. En un modelo simple o lineal podríamos puntuar cada aspecto de la información que poseemos en la decisión que vamos a tomar. El número de puntos se sumaría para llegar a una decisión final eligiendo la alternativa que más puntuación obtiene.
Aunque pueda parecer complejo el puntuar distintos aspectos es parecido a nuestro típico análisis de ventajas e inconvenientes en una hoja de papel
Alguien podría esperar que el juicio de un médico o experto podría ser mucho mejor que una aproximación simple hecha por los padres o afectados, pero se ha visto que no es así. Alrededor de una centena de estudios científicos han concluido que los expertos generalmente aciertan menos en sus decisiones.
Y es que la fragilidad del juicio humano queda a veces escondida por una característica fundamental de la toma de decisiones como es el exceso de confianza. Muchas veces las personas clave y expertos en la materia tienen exceso de confianza en sus predicciones sobre las consecuencias y resultados de sus decisiones, lo que hace que decisiones importantes se tomen de forma rutinaria con un fuerte pero ilusorio sentido de control y conocimiento
Por otra parte la decisión grupal no es necesariamente más acertada que la individual pero en general es más confiada. Lo que sucede es que los miembros del grupo se convencen entre sí de que su punto de vista particular es el correcto. La gente absorbe los puntos de vista, opiniones y argumentos de otros miembros del grupo, lo que puede reforzar sus puntos de vista y esto conlleva un refuerzo de una decisión que ya podía estar tomada de antemano
Entonces ¿Qué es lo mejor?. La conclusión para nuestros lectores de todos estos estudios sobre toma de decisiones podría resumirse como:
«Recopila tanta información como puedas y entonces decide».
Cuanto más experiencia e información mejores decisiones tomaremos… y para eso no hay nada mejor que comenzar buscando en nuestra web de ASONEVUS.
La idea es hacer una lista con los pros y los contras. Sopesar si el resultado que vamos a obtener compensa TODO lo que acarrea una operación y sus riesgos. Por mi experiencia, no soy partidaria de pedir muchas opiniones médicas, porque al final, cada médico te dice una cosa diferente. Para eso debemos ir a aquellos médicos que tengan más experiencia en estos casos y ver otras operaciones que hayan realizado y los resultados. Y si llegamos al punto de no querer o que no se puede operar, pues recibir tratamiento psicológico para aceptarlo. Es un shock y un palo muy fuerte y tanto padres como afectados deberían recibir ayuda psicológica. Formar parte de una asociación es también muy buena idea, ya que la gente te entiende, aunque no todos lo vivan igual.
Totalmente de acuerdo con Julio y Fani.
Nos costó mucho decidirnos, porque no existe la posibilidad 100% segura de elegir la mejor opción. Entonces la dermatóloga de Manel nos dijo: «Lo que vosotros decidais será seguro lo mejor!» Y tenía razón.
Un abrazo
Yo creo que es importante hacer el ejercicio de listar pros y contras y hacer una reflexión seria sobre esa lista. Una vez que eres consciente de lo que hay a favor y en contra, la decisión tiene mucho más que ver con la intuición que con la razón.
Estoy de acuerdo con vosotros. Eso sí, desde mi experiencia, considero que un nevus debe operarse cuanto antes. La última vez que me operaron fue el diciembre pasado, con 22 años, y lo pasé realmente mal. Pero mal, mal, mal. Y considero que siendo pequeño (que también se pasa mal, aún recuerdo la primera operación con 2 años) es diferente, ya que lo ves desde otra perspectiva, vives en tu mundo paralelo.
Recopilar información es de gran ayuda, pero no siempre efectiva, o eso creo yo.